Sibirana

EDICION ES


Aurelio Viñas Escuer

EL FILO DE LAS IDEAS
Vol.1 Mis artículos de prensa

ISBN: 978-84-939600-2-5
Tamaño: 24 x 12 cm. Páginas: 327
Año: 2012
Precio 20 € IVA incluido

Tinta y sangre

No es un tweet, ese tipo de mensaje de no más de ciento cuarenta caracteres con espacios que arrasa en Internet, pero podría serlo. Juzguen, si no: “La fórmula de la economía mundial acaba de romperse como un juguete en las manos de un niño”.

Lo escribió Aurelio Viñas Escuer en uno de los más de cien artículos que publicó en Heraldo de Aragón, sobre todo, pero también en otras publicaciones, entre los años 1973 y 1988. En ese artículo, titulado “Economistas, bandidos y todo lo demás”, el autor prosigue: “Economistas, banqueros y políticos se apresuraron a explicarnos que había terminado la era de las vacas gordas y que en lo sucesivo todos seríamos más pobres y desdichados.

Seguramente, ustedes tendrán ganas de seguir leyendo. Y por fortuna, pueden hacerlo en las páginas siguientes. Es una suerte que Aurelio Viñas no escribiera “tweets”, sino que se dedicara a lo que toda la vida se ha conocido como artículo de fondo, un género a caballo entre el periodismo y la literatura, que da respuesta a las tres grandes misiones del periodismo: formar, informar y entretener.

Este libro, cuidadosa y atinadamente editado por Sibiriana, recoge una nutrida selección de artículos que suscitó la actualidad, en su momento, pero muchos de ellos podrían estar escritos ahora mismo.

Quizás porque fueron redactados, como escribe el autor, con una mezcla de “tinta y sangre”; quizás porque, como los grandes maestros a cuya estirpe estilística pertenece Aurelio Viñas, destila una cultura que no abruma y una capacidad de análisis de la realidad tamizada por lo que se ha llamado, de toda la vida, inquietud social.

Los articulistas son cooperadores necesarios en la tarea colectiva de hacer un buen periódico. En sus cerca de ciento veinte años de historia, en las páginas de HERALDO han firmado las mejores plumas de España, comenzando, en su día por gentes de la talla de Pio Baroja, Joaquín Costa Mariano de Cavia y María Zambrano. Esta tradición nunca se ha perdido.

Continuó en las décadas de los setenta y los ochenta, cuando publica Aurelio Viñas, cuando era difícil y valiente decir y denunciar ciertos aspectos de la realidad con espíritu crítico y abierto. Y el diario tiene a gala seguir manteniéndola bien viva en este siglo XXI.

En su primer número, el 20 de septiembre de 1895, el editorialista de HERALDO lo dejó claro: “Pero no queremos ser un periódico exclusivamente noticiero. Hay materias, noticias, cuestiones que nunca deben relatarse a palo seco. Las grandes conveniencias nacionales, los intereses regionales, ¿cómo pasar por ellos a la ligera, sin poner junto a la noticia el comentario, el anhelo de provechosas soluciones?”

Si entonces el comentario era fundamental, lo es con más razón hoy, cuando las noticias se propagan, más que nunca, “a palo seco”, incesantemente, durante las 24 horas del día, y los comentarios inundan las redes de modo que el ruido ensordecedor impide distinguir cualquier mensaje coherente.
La crisis, ¡sí, ya entonces!, el paro, la inflación, la especulación del suelo, la lacra de los accidentes de tráfico, la despoblación del medio rural, la preocupación por el medio ambiente y los árboles, la deshumanización de una sociedad cada vez más insolidaria y estresada, la defensa de valores como la empatía y la solidaridad, la superficialidad de la política son los temas de este libro.

Hay muchos valores en estos artículos. El estilo, tan claro como el de Azorín, al que cita y admira, un estilo que es también irónico y tierno, como el de otro gran articulista, Wenceslao Fernández Florez. Y la actitud, también muy actual: la de un observador comprometido e independiente. “Ante la vergonzosa deficiencia de los servicios públicos, la gente ha optado por no enfermar, y así es difícil morirse”, escribe en referencia al abandono y el envejecimiento del medio rural.

Costista confeso, Aurelio Viñas tiene un recuerdo para el pensador aragonés en cada uno de sus aniversarios. Aragón es la gran destinataria de muchas de sus escritos, un Aragón cuyos habitantes, cuando él escribe, están abandonando masivamente un medio rural que se evoca con tintes de civilización perdida, hecho de contradicciones y desequilibrios para el que reclama un futuro.

Pensar Aragón sigue siendo hoy necesario. La invitación de Aurelio Viñas a los aragoneses para que sean “valientes, objetivos y también un poco desconfiados”, sigue vigente: “Valientes para proyectar objetivos, para tomar decisiones, y desconfiados ante los falsos profetas que entonan en sus oídos la cantinela de lo mucho realizado y de la dudosa rentabilidad de lo queda por hacer”.


Encarna Samitier Laín.
Zaragoza
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